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Lo primero que voy a hablar es de mis padres, eran castellanos, mi padre de la provincia de Burgos, nació en un pequeño pueblo llamado Paúl, La Rebolleda, esta última definición, no sé si es un barrio de Paúl, no le he podido localizar en un viaje que hice para conocer el lugar de su nacimiento. Mi padre, siempre me dijo que era de Paúl, La Rebolleda, palabras textuales de él. Mi madre, nació en Mave, provincia de Palencia, pueblo que he visitado en varias ocasiones; no quedaba ningún pariente en el pueblo, por lo que no conseguí averiguar nada de su
familia, como tampoco en el pueblo de mi padre.
Mis padres de casados se instalaron en Aguilar de Campoo, donde estuvieron unos años, durante los cuales nacieron dos hijos y una hija :Belén, Arcadio y Marceliano, ya fallecidos. Después de estar, como digo, varios años en Aguilar, se trasladaron a Santander, me supongo para mejorar su situación, colocándose mi padre en Telégrafos, donde estuvo trabajando hasta su jubilación y posterior fallecimiento; vivió hasta los 77 años.
Su vida transcurrió con buena salud, sin ningún padecimiento, era de constitución fuerte y vigorosa, sus aficiones, que yo recuerdo, eran jugar al dominó en los ratos de ocio; y un detalle, fumó toda la vida.
Ya instalado en Santander, nací yo, hace 95 años, el 22 de Marzo de 1913,en una casa de la calle Gómez Oreña, de la Plaza de Cañadio, de Santander, donde viví hasta que tenia cuatro años, y luego mis
padres pasaron a vivir a la cercana calle de Velasco número once, hoy Hernán Cortés, donde mi padre falleció.
Mi vida transcurrió en esta casa; de muy pequeño, tal vez de cinco años,
acudía a una escuela que estaba situada en la calle del Arrabal, cuya escuela la dirigía una maestra llamada Doña Ambrosia, todavía la recuerdo perfectamente a ella, como si la estuviese viendo ahora.
Después de unos años pasé a la escuela primaria de los Hermanos La Salle, situada en la calle San José, donde permanecí hasta los catorce años y donde recibí una buena escuela de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.
Mis aficiones durante estos años fueron hacer dibujos, pues sentía buena disposición para ello. Llegado el momento de tomar una decisión para determinar lo que habría de ser en la vida, el esposo de mi hermana Belén, Gustavo, perito industrial de la Electra de Viesgo, observó las buenas disposiciones que tenia para el dibujo, aconsejó a mis padres que podía aprender la profesión de delineante, colocándome a los 15 años de edad en el estudio del notable arquitecto Javier G. Riancho, donde recibí una buena preparación de manos de José Ríos, jefe del estudio, quién fue mi maestro.
Después de trabajar unos años con don Javier, este me consideró su ayudante, es decir, de más categoría que delineante, según sus palabras textuales, cosa que me satisfizo.
Estuve con él hasta su fallecimiento, siguiendo en el estudio dos años más, hasta terminar las obras que dejó a su fallecimiento, con su hijo Javier, también arquitecto.
Me inicié con Primitivo Rumayor en la construcción y contratas de obras, a la edad de treinta y ocho años, entre las cuales construimos la terminación de la torre de la iglesia de San francisco y la casa rectoral adosada a la iglesia; el grupo de viviendas sociales en Peñacastillo,subida del Castro; el derribo de la casa del Paseo de Pereda,donde construyeron el segundo edificio del Banco de Santander; dos chalets en el Sardinero y en Canalejas, este último con una amplia nave posterior de bóveda de ladrillo,destinada a garage industrial. Los planos para la construcción de estas dos obras fueron proyectados y dibujados por mí. Un edificio en la calle Alta,que en este momento no recuerdo su destino; varios edificios en la fábrica Nueva Montaña Quijano,como oficinas, colegio, club y otras más desaparecidas; e importantes obras de fundiciones y estructuras de homigón, todo esto para Nueva Montaña; también realizamos obras en la fábrica Cenemesa,en Reinosa y la escuela de Fontibre. En la ciudad de Palencia, Avenida Modesto Lafuente,una promoción de viviendas,construidas en mancomunidad con la familia Marcos Herrero,cuyo miembro de la familia,Vicente Marcos es un gran amigo.
Estuvimos trabajando muchos años para la sociedad Nueva Montaña Quijano, hoy día la sociedad García y Rumayor todavía está vigente.
Teníamos en el taller la sección de carpintería, al frente de la cual estaba encargado Emilio Rumayor, hermano de mi socio, en cuyo taller trabajó Jesús Ortiz, que tenía vínculos familiares con mi mujer, un gran maestro de la madera y magnifico escalerista, fallecido a los 89 años en Madrid, donde vivió ya jubilado con sus hijos Florita y Florencio, hoy asentados en Santander y con los que tengo muy buenas relaciones. No puedo dejar de recordar a mi hermano Marceliano, que falleció a los 94 años y estuvo durante un tiempo ayudando en las tareas de la oficina.
También trabajó con nosotros Fernando Gómez Revuelta, hermano de mi
mujer.
Mi afición por la pintura nace naturalmente de mi profesión, dada la enseñanza que recibí de pintura al lavado y perspectivas acuareladas; de esto me viene las aptitudes que tenia para pintar a la acuarela. Pintando realmente lo hago desde hace unos años, principalmente después de la jubilación. Mis pinturas no las vendo, las regalo a mis hijos y nietos y a algún amigo. Tengo varios álbumes en los que recojo todos los apuntes, dibujos y acuarelas, que espero que sirvan de ejemplo para mis nietos y biznietos.
Mi estilo de pintura es de un realismo expresionista y los cuadros los hago de distintos formatos, los realizo tomando apuntes y fotografías de los lugares interesantes de las excursiones que hacemos todos los sábados por la provincia y por Castilla, y al mismo tiempo tenemos, mi hijo Constantino y yo, afición por la gastronomía, que hago referencia en mis crónicas de las excursiones; estas se refieren exclusivamente de los paisajes y casas de pueblos.
Todo esto que relato es mi sencilla vida que llevo. ¿Mi secreto de mi longevidad?, pues no sé decirlo, llevo una vida normal, sin hacer excesos, no los he hecho nunca, el único, que empecé a fumar a los diez y seis años y he estado fumando hasta hace pocos años; nunca me resultó mal, ahora fumo algún purito de vez en cuando y en pipa alguna vez; la comida la hago con moderación, no sé si esto habrá influido en mi longevidad.
Por otra parte, leo bastante y escucho música clásica. Me parece que no he dicho que he tenido cinco hijos: Maria Antonia, Carlos, Rosa ,Carmen y Constantino; que mi fallecida esposa se llamaba Rosa y era del pueblo de Secadura, en Cantabria.
Mi hijo Constantino es arquitecto, y Carlos, diseñador/arquitecto de interiores, actualmente presidente del colegio nacional y presidente del colegio oficial en Cantabria.
Mi hija Carmen, está casada con Fernando Arranz, ex director del Club Náutico de Laredo, jubilado, y actualmente miembro del jurado internacional de regatas. Tienen cuatro hijos y tres nietos.
Me acuerdo de mis primeros tiempos; de mis amigos fallecidos José Mirones, aparejador, y Carlos Peña, funcionario, y principalmente mi actual buen amigo Javier Urbelz, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Catedrático en Matemáticas Financieras en Cantabria, que en aquellos tiempos actuaban en la Fiscalía de la Vivienda, que se encontraba al final de la calle Hernán Cortes, ya han pasado años.
Volviendo a aquellos tiempos yo hacia trabajos de delineación arquitectónica y topografía, pues también manejaba el taquímetro para levantar planos topográficos de manera autodidacta, pues era estudioso de la arquitectura, también autodidacta, y la topografía a través de los libros que compraba y que todavía conservo, pues en aquellos tiempos era difícil acceder a las revistas internacionales modernas y a los libros técnicos. Entre los muchos que hice, levanté el plano topográfico de una gran finca en la Vía Cornelia, hoy totalmente edificada, cuyo plano conserva mi hijo Constantino en su estudio; en la provincia, levanté los planos de la fábrica Alfa de Mataporquera, buenos recuerdos tengo de aquellos tiempos.
Tuve de aprendices en la oficina de arquitectura de Riancho, a Aurelio Quintana y su primo José Antonio, sobrino mío, que después de prepararse en el manejo y dibujo de planos, se dedicaron a la construcción, siendo Aurelio un destacado contratista en Santander, ya fallecido; José Antonio aún vive y está jubilado.
También estuvo aprendiendo José Luís López Ayerdi, actual destacado pintor a quien aprecio mucho.
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No puedo dejar de citar a Mariano Zavala, ya fallecido, a quién inicié en la delineación y le di consejos que después le sirvieron para trabajar en el estudio del arquitecto Javier Riancho, hijo de don Javier, en cuyo estudio llegó hasta jefe.
También mis recuerdos para Manuel Preciado,profesor mercantil,hoy residente en Barcelona,que nos llevó la contabilidad de la empresa durante muchos años y le sucedió Antonio Diaz Moreno,contable hasta hace poco tiempo.Para Dn.Ezequiel Gómez Trueba,recientemente fallecido,que fué también muchos años asesor fiscal de la empresa.Para Guillermo Arce,fallecido,que nos llevó mucho tiempo los asuntos de la sociedad y a Carlos Soto,abogado actual de la empresa; a Javier Saiz y a su compañero de oficina Manuel Bolado que lo fué durante muchos años y hoy residente en Galicia,ya jubilado; a Roni,que ayuda a Javier en las tareas de la oficina y a su hermano Primitivo,encargado actual de las obras,en fin,todos son gratos recuerdos para mí.
No podía dejar de citar a los eficaces encargados de obras,ya jubilados,José Luis Abramo "Chele",Santiago López,Andrés Rumayor,.y a Joaquín Torres,cuñado de José Hierro, que llevó en la empresa la sección técnica,ya jubilado, y también a mi hija Carmen, que estuvo durante varios años desarrollando las tareas de la oficina de la empresa.
Y nada más, es lo que puedo decir de mí y desear a quien me haya leído
muchas felicidades, y yo a seguir pintando
Antonio García Diez
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