Difícil va a
resultar plasmar en negro sobre blanco el torbellino de sentimientos que
alberga nuestra memoria desde que, un nefasto día de Marzo, próximo a su
cumpleaños, la vida se le apagó de forma inesperada, rápida y sin dolor,
a nuestro querido padre, abuelo y bisabuelo, Papantonio.
Antonio García
Diez, brillante en sus quehaceres humanos, familiares, profesionales y
artísticos, nos dejó sin aspavientos, discretamente, sin dolor aparente,
en brazos de sus queridas hijas, contempladoras voluntarias de su
tránsito de vida.
Esta página que
vemos, es recuerdo de su memoria. En ella no se relata en su totalidad
la intensa vivencia que Papantonio desarrolló en vida. Parece como que,
lo que de él se pueda decir, tiene un relativo mérito en función a
quienes disfrutamos de su afable compañía durante tantos años.
Registraremos
los últimos años de su paso por la vida, con vital expresión en sus
deseos de disfrutar de los más diversos paisajes, la más plural
gastronomía y, sobre todo, reflejar en sus cartones las más variadas
acuarelas que su retina guardaba con las luces y las sombras propias de
un afamado artista.
Comprensivo,
cariñoso y entrañable, supo mantener unida a una familia dispersa en lo
físico debido a la residencia fuera de su propio entorno de hijos,
nietos y biznietas. Siempre era motivo de sana alegría visitar a
Papantonio, a sabiendas de su generosa acogida en lo afectivo.
En los últimos
tiempos tuvo el gran mérito de conectarse a la electrónica, aspecto este
que le mantenía permanentemente comunicado con la familia ausente y con
el mundo entero. Sus largas horas sentado ante el ordenador, le
proporcioanban una afable estabilidad emocional, ya que disfrutaba lo
indecible enviando y recibiendo de los amigos y familiares las
presentaciones más interesantes.
Al final,
voluntariamente, y con el sentimiento de la obra bien realizada, nos
privó de seguir disfrutando de sus queridas láminas, las acuarelas más
diversas que durante tanto tiempo nos hicieron gozar en su contemplación
Papantonio se
nos ha ido y su recuerdo nos pertenece, por ello deseamos que esta
página siga vigente, por su memoria, por su entrañable cariño a los
suyos, por su vitalidad expresiva en la pintura y porque, le queremos
mucho.
Estará
descansando en Paz. Seguro.
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