SALIDAS GASTROCULTURALES

SAN MIGUEL DE AGUAYO- 14 de Octubre 2.006


Ya tenia ganas de conocer este pueblo, situado a 900 metros de altitud, es donde se encuentra el salto de agua que da servicio a la central eléctrica de Bárcena de Pie de Concha, enclavado en un entorno natural precioso.

El día amanecía con una claridad poco habitual para este mes, el cielo completamente azul, y el sol a medida que avanzaba la mañana, se ganaba el calificativo de radiante.

69 kilómetros nos separaban de nuestro destino, lo que no nos obligo para nada a madrugar para emprender nuestra salida, es más, emprendimos la misma mas bien tarde con la intención de llegar a una hora adecuada para comer. El tramo de seis kilómetros desde la localidad de Pesquera, por carretera de montaña, hasta llegar a San Miguel, es un paisaje precioso.

El lugar es muy pueblo,no tiene taberna ni tienda alguna,así que no pude comprar algo típico de madera,pués el vecindario es artesano de la madera.

En el pueblo,lo más destacado es un edificio que llaman la Torre de Gómez de Bárcena,del siglo XVI, es de cuatro pisos. Se conserva bién, es bastante bueno, con ventanas interesantes y escudos en la fachada,también hay otras casas antiguas pero de menos interés.

La iglesia de Santa María es quizá del siglo XVII, y la de San Miguel es posterior. Aunque no tienen mayor interés forman un bonito conjunto con el paisaje, sobre todo la última, cuya torre es bastante vistosa al exterior.

Existió una antigua ermita de la que ya no queda nada en el llamado Alto de la Ormita. Por esa zona se puede realizar un bello recorrido hasta el Embalse de Alsa. hermoso lugar.

Una vez realizado nuestro periplo, y obtenidas las instantáneas necesarias para el posterior trabajo sobre papel, al no disponer de "comedero" en el pueblo, nos dirigimos a Reinosa, a través de la nueva autovía, donde llegamos enseguida. Nuestro destino era el ya conocido Restaurante Vejo.

Para empezar, mi opción fué un Panaché de Verduras, mientras, frente a mí, Tino daba cuenta de una lustrosa Ensalada Cántabra. He de decir que las raciones nos parecieron magníficas, llegando casi, aunque este mal decirlo, a exageradas. De segundo plato, me llamó la atención en la carta el Rissoto de Langostinos y Habas con queso, y no me quede sin probarlo. Estaba bueno. Tino se encaró a un Entrecot con Mostaza y Queso. Todo ello contribuyó a que no nos fuera posible rematar con un postre, dada la abundancia de las raciones, como he dicho antes. Un café para Tino, al tiempo que nos pasaban la cuenta por un importe exacto de 58,85 Euros.

De vuelta para casa, no sin antes adquirir las típicas pantortillas de esta tierra capurriana.